Veo una analog�a entre este tipo de genocidio y lo que llamo "Genocidio de los ni�os en Am�rica", as� como entre los alemanes/serbios corrientes y los americanos de hoy en d�a.
Las feministas militantes de Am�rica y, por extensi�n, la sociedad americana y sus instituciones, han atacado beb�s y ni�os en nombre del feminismo y otros intereses propios, as� como Milosevic ha atacado los albaneses de Kosovo en nombre de la gente de Serbia.
El pol�mico libro de Goldhagen examina c�mo algunos viejos mitos "eliminacionistas" en la cultura alemana dictaban lo que se supon�a que los ciudadanos corrientes ten�an que aceptar y apoyar y, en algunos casos, hasta ten�an que llevar a cabo activamente la pol�tica nazi de exterminaci�n jud�a.
Estas pol�ticas fueron punto de referencia de la maldad en este siglo, y, obviamente, hay grandes diferencias de proporci�n entre lo sucedido en Alemania, o hasta en la Rusia de Stalin, con lo que est� pasando en Serbia, pero no el inmenso alcance del genocidio de los ni�os de Am�rica, perpetrado por la atroz feminocracia americana.
Fijarse en acciones de hombres y mujeres corrientes de los dos lugares y en la buena voluntad para seguir l�deres homicidas no parece, en este momento, inapropiado.
El mismo Goldhagen piensa que cuestionar el comportamiento de la naci�n serbia es fundamental. "Justo ahora es el momento en que nos tenemos que preguntar c�mo ha actuado la gente corriente cuando a�n pod�an influenciar los acontecimientos. Los que apoyan lo que ha estado pasando en Kosovo tendr�an que tomar conciencia de que ser�n considerados c�mplices del que probablemente ser� el �ltimo gran crimen de este siglo", dijo Goldhagen, profesor de Gobernaci�n en Harvard que trabaja en un estudio sobre genocidios en los �ltimos 100 a�os.
Tambi�n es un buen momento para preguntar a la sociedad americana por los masivos malos tratos y destrucci�n de sus ni�os. Despu�s de todo, el continuo y deliberado riesgo que corren la salud y vida de los ni�os, en nombre del enriquecimiento personal de sus padres, ya ha llevado a pol�ticas que no s�lo pasan por alto peligro para los ni�os, sino que tambi�n toleran y animan pr�cticas paternas que se sabe que son arriesgadas, en nombre de una racionalizaci�n feminista de las "necesidades" adultas.
El ex-secretario de Estado, Lawrence Eagleburger, que tambi�n fue embajador de EEUU en Yugoslavia, mencion� una situaci�n parecida la semana pasada en un art�culo de opini�n en The New York Times:
"Aunque Milosevic es el primer instigador de los asesinatos y la agon�a que han ocupado nuestras pantallas de televisi�n durante parte de la d�cada, no ha actuado solo. �l puede planificar la estrategia, pero la gente serbia es el instrumento voluntario de su terror. Obviamente, hay algunos serbios decentes que censuran la violencia, como hab�a alemanes decentes bajo Hitler, pero esto no exculpa a la naci�n serbia de su participaci�n en convertir gran parte de la antigua Yugoslavia en un campo de guerra.
Normalmente, y posiblemente con raz�n, temas de responsabilidad colectiva permanecen tab� en las buenas sociedades, particularmente en sociedades legales, orientadas a los adultos, como los Estados Unidos. Dentro de la tradici�n plural, no interesa acusar a todos, a la mayor�a, o hasta a muchos ciudadanos de un acto ofensivo, y, en vez de esto, acusan a los l�deres culpables.
En verano de 1999, Hillary Clinton, Primera Dama americana, hizo un viaje de campa�a electoral a Nueva York. En una reuni�n de madres solteras dijo que el "trabajo" del gobierno es asegurarse de que las madres podr�n continuar con su trabajo. En otras palabras, dejar a los ni�os con perfectos desconocidos, como prefieren los americanos, y dedicarse a su propio inter�s. Animando el abandono de los ni�os, se podr�a mantener que el liderazgo americano es culpable de los estragos en los ni�os americanos.
Pero Hillary estaba hablando a madres voluntarias que escogen abandonar a sus hijos al cuidado de desconocidos para realizar tareas sencillas, es decir, cualquier cosa que las mantenga alejadas de su hogar. Hillary quiere votos y las madres americanas no quieren tomarse la molestia de cuidar de sus hijos. Por lo tanto, la responsabilidad colectiva americana en el descuido y destrucci�n masiva de sus hijos no es diferente (si cabe es a�n m�s inexcusable) de la responsabilidad colectiva alemana en el holocausto. Como Goldhagen ha argumentado persuasivamente, hab�a una relaci�n entre la pol�tica de exterminaci�n de Hitler y la voluntad de gran parte de la poblaci�n alemana de apoyar sus ideas. En manera proporcional, las acciones del l�der nazi y la aprobaci�n de los que lideraba se reforzaban y animaban mutuamente. Las acciones de los pol�ticos americanos y de las madres americanas se refuerzan de manera similar.
Y mientras, como apuntaba Eagleburger, hay serbios que han lamentado la violencia, un proceso de resonancia similar ha sucedido en Serbia desde 1987, cu�ndo Milosevic rompi� el precepto principal del Titoismo de no discutir nunca tensiones �ticas en p�blico. En lugar de esto, jug� abiertamente con los sentimientos nacionalistas serbios, reafirmando el sentimiento generalizado serbio de persecuci�n y martirio extendido hace siglos.
(Noviembre de 1999, actualizaci�n: el sentimiento de persecuci�n y paranoia fue reforzado con nuevo vigor por los medios de comunicaci�n del estado controlados por Milosevic, siguiendo la profanaci�n y destrucci�n de docenas de iglesias y monasterios serbios llevados a cabo por albaneses en Kosovo y la brutal persecuci�n y ejecuci�n de serbios de Kosovo, incluyendo civiles inocentes, bajo la incapaz mirada de la OTAN).
Una propaganda de persecuci�n similarmente man�aca y persistente, promulgada por las feministas americanas, ha sido utilizada para justificar las atrocidades cometidas a ni�os y hombres inocentes.
Un ejemplo de explotaci�n pol�tica del sentimiento de persecuci�n de las mujeres americanas fue citado por Kathleen Parker, que escribe para el Orlando Sentinel. En un art�culo titulado "Imagina un mundo sin hombres" habl� de la Organizaci�n Nacional por la Lucha de las Mujeres contra el proyecto de ley HR3037, que propon�a restituir los derechos de los padres. El art�culo acababa con la afirmaci�n de la autora: "el sustento de AHORA depende de la percepci�n de las mujeres como v�ctimas. Fortalecer las familias y reintegrar la paternidad amenaza este estatus y las organizaciones que sacan provecho de �l ".
En el caso de los ni�os americanos, mi propia experiencia ha sido que no s�lo es dif�cil encontrar a alguien predispuesto a reconocer la necesidad que tienen los ni�os de sus padres (en vez de desconocidos e instituciones pagadas, de modo que los padres puedan dedicarse a su est�pido "American way of life"), sino tambi�n una man�aca resistencia incluso a reconocer la realidad de los peligros reales, que se muestran frecuentemente en los medios de comunicaci�n (muchos ni�os mueren en centros de cuidado de d�a, para no mencionar los millares de ni�os abandonados, incluyendo beb�s tirados en contenedores de basura y lavabos por sus propias madres) o los resultados visibles (85% de la producci�n mundial de Ritalin es consumida por los ni�os americanos). [Lee otro art�culo sobre Ritalin.] Adem�s, hay una presi�n continua para m�s y m�s programas patrocinados por el gobierno para mantener a los ni�os de todas las edades fuera de casa durante la mayor�a de horas en las que no duermen.
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Claro que cuando se trata de los hijos de otros, especialmente de extranjeros, la actitud es a�n m�s brutal. El siguiente di�logo se produjo en un segmento de "60 Minutos", titulado "Castigando a Saddam" (emitido el 12 de mayo del 1996): Clica aqu� para v�deo en color (1.2MB)
Lesley Stahl (hablando de las sanciones de posguerra contra Irak):
"Hemos o�do que han muerto medio mill�n de ni�os. Es decir, m�s ni�os de los que murieron en Hiroshima. �Cree que el precio vale la pena?"
Madeleine Albright (entonces Embajadora de EEUU en NNUU):
"Creo que es una elecci�n muy dif�cil, pero el precio � s�, creemos que vale la pena".
Lo impresionante de estas expresiones es c�mo se oponen a las im�genes de otra gente vistas por todo el mundo, im�genes de gente quemada en sus casas, o en filas de hasta 15 millas intentando entrar en pa�ses que no tienen sitio para ellos o no les quieren. O im�genes de gente de distintos pueblos contando las mismas historias � de amigos y parientes a los que han disparado y matado, de hombres llevados a sitios desconocidos. Todo esto est�n haciendo los serbios a los albaneses a menos de 200 millas de Belgrado, pero dada la respuesta de los serbios, parece que est� pasando en la luna.
Hasta en 1913 durante un desalojamiento similar de kosovares hubo m�s protestas de disconformidad en Serbia.
Obviamente, no se puede esperar que ni los serbios ni otra gente miren m�s all� de sus propios temores y sufrimientos cuando sus ciudades son atacadas por cohetes y bombas. No es realista asumir que cualquier serbio podr�a denunciar el asalte serbio a albaneses o que cualquier protesta dentro del pa�s ser�a lo bastante fuerte para ser o�da entre las consignas y manifestaciones chovinistas en tiempo de guerra.
Los pocos medios de comunicaci�n serbios que han luchado con valent�a durante a�os para mantener su independencia frente al control del gobierno han sido acallados. La emisora de radio B-92 fue clausurada por la polic�a la semana pasada, incluso antes de que avisara de que no pod�a informar de lo que estaba pasando en Kosovo. El peri�dico Vreme ha suspendido de repente su anterior criticismo al gobierno.
Las im�genes de refugiados albaneses que han sido televisadas en todo el mundo no han sido emitidas por cadenas serbias y s�lo las han visto los serbios que tienen antenas parab�licas y televisi�n por cable.
Es posible que la gente no sepa lo que est� pasando a los albaneses y, por lo tanto, no tengan responsabilidad alguna por apoyar esto? Tambi�n en este caso, Goldhagen ve similitudes con la �poca nazi. "�Cu�ntos alemanes sab�an que hab�a un programa formal de exterminaci�n jud�a? Creo que no muchos, pero casi todos sab�an que su civilizaci�n estaba matando a decenas de miles de jud�os".
El caso de Am�rica no es diferente. Un buen ejemplo de la apat�a, la desorientaci�n total y deliberada, la cruel falta de compasi�n por sus propios hijos y la negaci�n masiva fue el caso de la "ni�era de Boston" y su tratamiento en los medios de comunicaci�n estadounidenses. El caso de Louise Woodward involucraba una ni�era adolescente importada de Inglaterra por una pareja, ambos m�dicos, de Boston.
Lo que me pareci� m�s inquietante fue que, en lugar de una amplia difusi�n en los medios, en ning�n momento nadie en horario prime time pregunt� por qu� dos padres con buena posici�n social, que eran m�dicos, conscientes de las importantes necesidades de los ni�os, abandonaron a su hijo con una desconocida para lograr sus objetivos profesionales. Me horroric� con una entrevista en prime time con un padre, el hijo del cual hab�a sufrido un destino parecido mientras estaba al cargo de una canguro.
Cuando se le pregunta qu� lecci�n ha aprendido de la experiencia, o sea, de la muerte de su hijo, dice que ser� "m�s cuidadoso" cuando contrate a alguien para vigilar a su hijo.
Es c�mo si la opci�n de cuidarse personalmente de sus hijos no pasara nunca por la peque�a cabeza de los americanos. Que una estupidez tan grande no se note en EEUU es un signo de indiferencia masiva y desatenci�n absoluta de los padres americanos con sus propios hijos.
Mi propia experiencia fue ser penalizado severamente por escoger una opci�n tan no-feminista. Mi hija y yo sufrimos graves consecuencias en manos de la mafia feminista americana, solamente por escoger estar el uno con la otra. Incre�blemente, esto incluy� el secuestro y destrucci�n real de mi inocente hija. (Audio de 1.3MB, tenga paciencia)
Goldhagen apunt� que habr�a requerido una gran fuerza quemar pueblos y obligar a cientos de miles de residentes a volar, y que la gente llevando a cabo tales tareas todos tendr�an parientes y amigos que llevar�an informes a la atenci�n general.
El e-mail de Serbia se caracteriza por un incontenible sentimiento de defensiva y persecuci�n no redimida. Como los autores denuncian la OTAN y los EEUU, no tiene sentido que los cohetes sean una respuesta a la conducta serbia.
Los albaneses, si se les menciona en alg�n momento, son llamados musulmanes que quieren establecer una base balcana para guerrillas de terror, o narcotraficantes, o ex-aliados y beneficiarios de los turcos otomanos. Por lo que a los serbios se refiere, son retratados continuamente como los defensores del cristianismo en Europa, luchadores heroicos en dos guerras mundiales, las contribuciones de los cu�les no han sido recompensadas por la civilizaci�n. Hasta los escritores que se definen adversarios de Milosevic muestran m�s desprecio que simpat�a por los albaneses kosovares, culp�ndoles de mantenerlo en el poder boicoteando las elecciones en vez de votar por la oposici�n.
Muchas de las cartas mencionan el car�cter sacro de Kosovo para los serbios y citan la batalla que tuvo lugar all� en 1389, en la que fueron defendidos por los turcos. Hay muchas menos referencias a la historia m�s contempor�nea de los conflictos serbios con croatas y bosnios durante los �ltimos ocho a�os. Por ejemplo, nadie menciona la destrucci�n de Vukovar llevaba a cabo por los serbios en 1991 o la masacre de hombres y chicos bosnios en Srebrenica en 1995, una atrocidad por la que los l�deres pol�ticos y militares de los serbios bosnios han sido acusados. Estas cosas parecen faltar en el contexto actual aunque hay referencias ocasionales a los croatas, que emprendieron campa�as de limpieza �tnica que ahuyentaron a los serbios.
El trato salvaje de Am�rica a los ni�os inocentes tiene �sta y tambi�n otras dimensiones. Hay muchas negaciones, se encubren y se tapan las muertes, los da�os neurol�gicos, las incapacidades de aprendizaje, incluyendo el enorme y reciente incremento de casos de autismo en los EEUU, y los traumas psicol�gicos. Hay una racionalizaci�n activa y deliberada, como la frecuente aparici�n de "estudios" que muestran como ni�os te�ricamente no afectados por negligencia paternal crecen en un centro diurno. Una jefa de un centro de desarrollo de ni�os me dijo, sin lugar a dudas, que no hay "nada malo" en ser cuidado por desconocidos, porque, despu�s de todo, ella misma llevaba a sus hijos a un centro diurno. Un m�dico terapeuta me dijo que "el cuidado diurno es bueno", porque los ni�os est�n expuestos a g�rmenes, mejorando su inmunidad. Hay algo m�s que este pseudocinet�fico vud�. La pr�ctica de abandonar ni�os al cuidado de otros ha producido una enorme industria de aquellos que sacan a millones de ni�os de las manos de madres americanas desesperadas por un peque�o precio, incluyendo individuos completamente descalificados y sin licencia a cargo de almacenes de ni�os en iglesias y organizaciones no lucrativas, que han encontrado una oportunidad de recaudaci�n de fondos en tener a los ni�os en sus locales durante muchas horas.
Hay una pol�tica p�blica que favorece la carrera de los adultos en vez del bienestar de los ni�os. Y, por supuesto, hay el marco legal, que actualmente sit�a EEUU en compa��a de unos pocos pa�ses del tercer mundo que aprueban la ejecuci�n de delincuentes juveniles.
Y, finalmente, adem�s de Somalia, que no ha tenido un gobierno eficaz durante d�cadas, EEUU es el �nico pa�s en el mundo que no ha ratificado la Convenci�n Universal de los Derechos de los Ni�os, el tratado de derechos humanos ratificado m�s firme y amplio del mundo. Entonces, �por qu� una poblaci�n orientada a los adultos, dinero y culto al sexo, ensimismada y antisocial querr�a derechos para ni�os peque�os, que no votan, que no producen d�lares y que no son lo suficientemente grandes para el sexo?
Pero, �d�nde termina el patriotismo y d�nde empieza la complicidad en los cr�menes de guerra? Seguramente hay una diferencia entre la gante que est� cantando "Slobo, Slobo" y aquellos que est�n quemando casas, separando maridos y mujeres y matando a civiles.
Aryeh Neier, presidente del Open Society Institute y autor del libro "Cr�menes de guerra, brutalidad, genocidio, terror y la lucha por la justicia", argumenta que en las guerras recientes, como en Ruanda y Bosnia, hubo un grado m�s grande de responsabilidad criminal por parte de ciudadanos corrientes que en el caso de la Alemania nazi.
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Con los nazis, apunt�, el asesinato era altamente burocratizado, y las v�ctimas sol�an ser desconocidas para el que las mataba. En Ruanda y Bosnia, dijo, muchos de los que perpetraron los cr�menes conoc�an a las v�ctimas, a menudo hab�an vivido con ellas, hab�an ido a la escuela juntos y, en algunos casos, se hab�an casado con alguien de sus familias. En ambos casos, dice Neier, por el modo en que se asesin� a la gente, hab�a casi tantos asesinos como v�ctimas.
En Kosovo, dice, no hab�a suficiente informaci�n para determinar qu� estaba pasando o c�mo repartir la responsabilidad. En Tirana, capital albanesa vive un escritor alban�s llamado Fatos Lubunja, que, bajo el r�gimen del �ltimo dictador Enver Hoxa, pas� 17 a�os en la c�rcel. Ahora edita un peri�dico intelectual y controla los abusos a derechos humanos. En un mensaje a un amigo nombra muchos ejemplos de ataques serbios a albaneses, desde la expulsi�n en 1878, cuando Milan Obrenovic, un rey serbio, reuni� a sus compatriotas con las palabras "Cu�ntos m�s albanos expuls�is de nuestro pa�s, m�s patriotas ser�is". Lubunja cit� las campa�as de limpieza �tnica de 1913 y 1920, y despu�s formul� las preguntas que Goldhagen plantea en su libro.
�l era, cuenta, sospechoso de casos basados en la suposici�n de que la gente repite inevitablemente la conducta de sus antepasados. "Pero si podemos hablar de culpa colectiva, creo que tenemos que considerar un largo proceso hist�rico de manipulaci�n; todos estos pol�ticos, historiadores, escritores, profesores, que han creado y alimentado algunos mitos peligrosos, han manipulado la historia y, al final, han creado estos horribles seres humanos de mentalidad cerrada que est�n preparados para matar a otros".
Pero si las v�ctimas de Milosevic eran conocidas por la poblaci�n, los ni�os de Am�rica no son seguramente caras desconocidas para sus padres, no importa cu�n concentrados est�n �stos en s� mismos.
Por lo que se refiere a la sociedad americana, que se acaba de graduar del genocidio "Indio" y de la esclavitud del Sur, no hay excusa y, a�n peor, no hay verg�enza, cuando se trata de negligencia, brutalidad y destrucci�n de sus hijos. Las madres, mujeres, son, obviamente, a�n m�s culpables. Despu�s de todo, ellas tienen la �ltima palabra en lo que a tener hijos se refiere, y, en la Am�rica actual, hay muchas opciones, incluyendo contracepci�n, aborto y asistencia social. Escoger tener un hijo, s�lo para abandonarlo y abusar de �l o para enviarlo de la sala de partos al primer desconocido que se "ocupar�" de �l a cambio de unos cuantos d�lares, para permitir a la madre ocuparse de prioridades m�s "importantes", es inadmisible.
Lo que tambi�n me molesta es la manera de defender o negar los da�os que los americanos causan a sus hijos inocentes desviando la discusi�n o, en alg�n caso, echando la culpa a otros pa�ses, en un tipo de falso patriotismo.
La gente que se preocupa por su sociedad quiere arreglarla, y no ignorar o negar sus problemas.
La verdad es que, casi sin excepci�n, los americanos pretenden que los problemas no est�n ah� o minimizan su proporci�n catastr�fica o encuentran cualquier tipo de excusa.
El resultado es ignorancia masiva, negligencia colectiva y destrucci�n de vidas j�venes a escala de genocidio.
Este fen�meno no es diferente de actitudes negativas anteriores que existieron en las sociedades anglo-americanas durante el genocidio de nativos americanos y la esclavitud del siglo XIX.
El aspecto anglo-americano de la cuesti�n tambi�n tiene que ver con una peculiar noci�n de qu� constituye la verdad, que parece estar formada culturalmente y que mantiene que la realidad es determinada por la opini�n popular y por m�todos legal�sticos, contrariamente a la noci�n de realidad basada en la ciencia, de aqu� los millones de est�pidos que no s�lo est�n desprovistos de conocimientos cient�ficos elementales que cualquier ni�o de 10 a�os da por supuestos, sino que buscan soluciones en curanderos y ps�quicos de nueva era.
Mi experiencia y conocimientos personales son bastante reveladores.
Primero, considerad que he vivido en cuatro continentes y que he encontrado y conocido miles de americanos de costa a costa en todas las etapas de la vida, cada variante posible de americano.
Y, mientras en todos los otros lugares NADIE cogi� un penique de m�, he sido perseguido repetidamente y de manera prolongada desde el momento en que aterric� a este lado del Atl�ntico. Sinceramente, �ste es un pa�s de tramposos, mentirosos y ladrones, que justifican plenamente su paranoia dominante, licitaci�n y seguridad draconiana. La excusa t�pica de que hay elementos buenos y malos en cada sociedad carece de fundamento, porque aunque hay bondad y maldad en cada gran grupo, todav�a hay una enorme diferencia entre un monasterio y una colonia penal. (La Alemania de Hitler no era un monasterio, y la Am�rica actual tampoco lo es).
Mi encuesta personal sobre los americanos demuestra que la mayor�a de ellos y casi todos los abogados contestan con un NO a la pregunta de si la verdad absoluta existe. Hasta que yo apunto que ellos tienen nariz y que la tierra no es plana, y que estas s�lo son dos de las infinitas verdades absolutas, hechos definitivos.
Para daros un ejemplo, hace poco un abogado me dijo que de la �nica cosa de que estaba seguro era de que exist�a. Despu�s de volver de su segunda luna de miel, hace una semana, le pregunt� a este experto abogado de 50 a�os si el viaje hab�a incluido su mujer, de la existencia de la cual �l no estaba seguro. Su respuesta fue que lo pensar�a y ahora cree que, despu�s de todo, HAY verdades absolutas.
Estoy dispuesto a apostar que los americanos podr�an salir con alg�n tipo de explicaci�n para lo que en todas partes, y para muchos inmigrantes de los Estados Unidos, inclusive yo mismo, parece no ser otra cosa que una asombrosa p�rdida de contacto con la realidad elemental.
Es la negaci�n end�mica de los hechos lo que facilita lo que yo veo como un abandono y abuso espantoso, masivo y deliberado de los ni�os americanos.
La noci�n de realidad por opini�n popular es un apoyo para la propia absoluci�n de la culpa de acciones ego�stas y destructivas que han estado pasando en la sociedad para beneficio de materialistas insaciables e incansables a los que los ni�os no les valen, porque los ni�os no les dan dinero y suelen ser demasiado peque�os para el sexo.
Cuando Hillary Clinton dice a las madres solteras que es el trabajo del gobierno mantenerlas trabajando si esto es lo que quieren, no hace otra cosa que vender a los ni�os de estas malas madres americanas y abandonarlos por razones ego�stas, y Hillary s�lo lo hace por los votos. Los ni�os son demasiado peque�os para votar, pero, si pudieran, puedo imaginar a Hillary ofreci�ndoles golosinas o drogas.
La relaci�n de convivencia entre l�deres pol�ticos, padres, jueces, instituciones americanas y ciudadanos en este caso no es diferente de la de los alemanes con el r�gimen de Hitler, o de la de Milosevic con la poblaci�n serbia, s�lo es peor respecto a la proximidad de padres e hijos.
Las v�ctimas de Hitler eran desconocidas para muchos alemanes. Los ni�os americanos no son desconocidos para sus padres o profesores.
Los americanos tienen la obligaci�n de reconocer y admitir los problemas sociales, porque la definici�n del problema es el primer paso para su soluci�n.
Huir de esta obligaci�n es s�lo dar ego�stamente v�as de salida f�ciles para el favorecimiento social u otras ganancias personales a costa de los que est�n desamparados y a su merced.
Es f�cil decir que t� o yo u otras personas "no pueden" resolver los problemas de Am�rica. Es f�cil decir que son problemas universales, y por lo tanto, naturales y irresolubles. F�CIL no es lo mismo que JUSTO.
�Qu� tipo de realidad es �sta?
Diez mil beb�s abandonados por sus propias madres, en lavabos y contenedores.
Millones de j�venes sufriendo falta de atenci�n y otros des�rdenes de ra�z neurol�gica, como autismo.
Mientras los americanos prefieren dar la culpa de estos problemas a la gen�tica y al entorno, la gran mayor�a de estas enfermedades son de naturaleza psicog�nica y consecuencia de la brutalidad que sufren los beb�s de parte de las rameras cazadoras de dinero que les dieron a luz.
Incapacidades para el aprendizaje, comportamiento antisocial, adicci�n y delincuencia juvenil sin precedentes en proporciones epid�micas, que afectan a la GRAN MAYOR�A de los adultos j�venes de Am�rica.
Muchos educadores americanos y otros americanos, son inconscientes del alcance y naturaleza de estos problemas porque su peculiar "ciencia" del comportamiento y su irreal sentido de realidad, junto con su propensi�n a acomodarse a la opini�n popular por el favorecimiento social (para m�, esto hace las "sociedades educadas" bastante perversas), les llevan a pensar que sus s�ntomas son "normales".
Dejarme daros un ejemplo de esto.
En Oreg�n tuve una directora de oficina trabajando para m� que era muy competente. Ella tambi�n era patriota (del falso modo en que lo son muchos americanos, cuando se ofenden si alguien con acento extranjero les nombra los problemas sociales de Am�rica, en vez de la reacci�n correcta, que ser�a ponerse rojo y correr a buscar una soluci�n).
En esta �poca, un joven empleado m�o, la rara (en esta comunidad americana) inteligencia del cual me hab�a hecho apodarle "Mozart", me rob� unos 2000 d�lares (he llegado a la conclusi�n de que es casi imposible encontrar un americano que sea trabajador, competente, inteligente y honesto a la vez, por lo que escojo a inmigrantes siempre que puedo).
Cuando pregunt� a la directora de la oficina por qu� un joven, que era amable y brillante, har�a tal cosa, su respuesta fue que era "la t�pica rebeli�n juvenil". Intent� explicarle que ni yo ni nadie que yo conociera se sinti� nunca obligado a cometer un crimen por ser joven, y qued� completamente desconcertada.
A los americanos no les entra en la cabeza, no quieren que les entre y reh�san tozudamente que les entre porque es m�s conveniente y c�modo negar la realidad y evitar la responsabilidad o culpa. En mi opini�n, esto les hace bichos sin verg�enza. Para m�, no saber es ignorancia perdonable, pero rehusar saber s�lo es maldad evidente, peor que la etiqueta de "maldad" que ellos colgaron de la ex-Uni�n Sovi�tica.
Los americanos no tienen que pretender que no saben por qu� se matan unos a otros o decir que los perjuicios f�sicos y emocionales de sus hijos son debidos por naturaleza a actos divinos. No disminuimos su alcance afirmando la presencia de problemas similares en otras partes. Es esencial usar el pensamiento l�gico y cient�fico para definir estos problemas y reconocer su alcance y causas reales, porque sin este reconocimiento la auto-destrucci�n inevitable de esta sociedad que los soci�logos m�s destacados de Am�rica predicen se har� realidad.
Obviamente, los horrorosos malos tratos de los americanos a cualquier ser humano cercano a ellos no est� limitado a sus hijos.
Una excursi�n a la Southbury Training School, Willowbrook o cualquier otra de las instalaciones americanas similares extendidas por todo el pa�s, que se utilizan para almacenar gente con minusval�as de desarrollo, pero tambi�n miles de cl�nicas de reposo o cientos de miles de "centros de cuidado de ni�os" institucionales y residenciales pueden s�lo empezar a dejar entrever el alcance de la indiferencia masiva de los americanos frente a aquellos en sus familias que necesitan ayuda.
Mi encuentro personal con este fen�meno precede la destrucci�n de mi hija. Un ejemplo muy interesante es una mujer que conoc� en Oreg�n.
Esta mujer, Carol, me pidi� que le cuidara el gato mientras ella se iba de viaje a Wisconsin. Me cont� que su padre estaba en una cl�nica de reposo y que ella volv�a a casa para hablar con sus parientes sobre la venta de la granja para poder financiar el alto coste de la cl�nica de reposo.
Intent� descubrir por qu� ella, que dec�a que amaba a su anciano padre, no se ocupaba personalmente de �l. Ella dijo, oh, estoy en Oreg�n y �l en Wisconsin, Pregunt� si su padre estar�a dispuesto a trasladarse a Oreg�n con ella, y su respuesta fue que estaba demasiado ocupada trabajando para ocuparse de �l. Cuando le pregunt� c�mo se ganaba la vida, me dijo que cuidaba de una anciana en el pueblo tres d�as por semana. �Os lo pod�is creer?
Del mismo modo, ha habido madres de reci�n nacidos que se ofrecieron para cuidar de mi hija mientras sus hijos estaban a cargo de un desconocido m�s barato.
Por lo que a la educaci�n de los ni�os se refiere, la cuesti�n con las feministas es que, si una mujer pertenece a la Casa Blanca, qu� hace el hombre cambiando pa�ales, de la misma manera que la Sagrada Inquisici�n persigui� a los que se atrevieron a proponer que la tierra gira entorno al sol (�est� escuchando esta vez el Papa?) y que esto ha llevado a la persecuci�n man�aca de estos padres, como yo mismo, que escogen cuidar personalmente de su hija, para no permitir que su viciosa madre lo abandone en manos de desconocidos.
La presunci�n adicional de la credibilidad de las madres no trabajadoras frente a los padres no trabajadores es, en este caso, otro paso hacia la destrucci�n de la paternidad americana.
El m�o fue uno de tantos casos d�nde la madre se supone que piensa en el mejor beneficio del ni�o, an�logo a Hitler o Stalin pensaron en el mejor bienestar de su gente. Es sorprendente que, al cuestionar a la m�dico sobre el detalle "desde el nacimiento" en el informe de Teddy, ella diga "as� lo dijo su madre". Y esto lo dijo un pediatra neurologista americano que fue visitado por consejo de una abogada femenina, a mis espaldas y sin mi conocimiento previo, cuando su madre estaba legalmente requerida a discutir cuestiones m�dicas/educativas ANTES de actuar.
Lo que realmente me dej� alucinado fue que, en vez de una voluminosa y definitiva evidencia de lo contrario que present� a juzgados en dos estados, un juez masculino de Oreg�n, en complicidad irregular con una juez femenina del Tribunal (anti)Familiar de Nueva York, sentenci� que mi hija hab�a adquirido sus discapacidades por v�a "cong�nita".
Definitivamente, �sta es una sociedad asesina de ni�os y llamo a los billones de gente de fuera de Am�rica a no permitir que este CRIMEN DEL MILENIO pase desapercibido.
Theodora Evanthia Isabella Samora
Coutsoukis naci� con una salud excelente, con genes sin defecto alguno, gran puntuaci�n neonatal, atl�tica y brillante.
Actualmente Teddy s�lo es una mera sombra de lo que era antes.
Por lo tanto, he decidido que mi objetivo en esta vida ser� denunciar a los femin�cratas s�dicos americanos, y esto me hace un americano desgraciado, pero un griego excelente.
SUIZA: ABUSO GLOBAL A NI�OS
Unos 40 millones de ni�os sufren abusos, seg�n la Organizaci�n Mundial de la Salud de Ginebra. Despu�s de estudios llevados a cabo en 19 pa�ses en ni�os de hasta 14 a�os, la OMS dijo que los abusos sexuales eran sufridos por un 34 % de ni�as y 29 % de ni�os.
En los Estados Unidos, dijo la OMS, cada a�o se gastan 12,4 billones en servicios de salud para los aproximadamente dos millones de ni�os afectados por abusos. Elizabeth Olson (New York Times).
New York Times) CTR020904
Mao Dz Dong dijo una vez que los chinos no necesitan armarse contra los americanos, porque los americanos mismos ya se autodestruyen (drogas, etc.).
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